10 ago 2012

De como llegué a la meditación

Momentos turbulentos y ahogos, necesito salir de aquí como sea.
Aparece una profesora de kabbalah en el camino y, después de una charla y un seminario de fin de semana, decido unirme a ella y a la kabbalah.
Hablo con la famili y trato de convencerles (¿o tal vez me estoy convenciendo a mi mismo?) de que eso es lo que quiero hacer: conocer y profundizar en la kabbalah. Después de también hablar con la profesora, desde el centro de kabbalah me dan permiso para unirme a ellos, ser partícipe de su día a día, ser miembro del equipo.
Hago las maletas y para finales de Junio cojo un avión con destino...Miami.
Los primeros meses van muy bien: nueva gente, nuevo lugar y nuevo conocimiento, la sensación de ahogo desaparece y me siento libre de nuevo... con el tiempo descubro que necesitaba de las circunstancias que tenía, las cuales no sabía cómo cambiar, la kabbalah...la excusa perfecta en el momento indicado.
Pasan los meses y empiezo a no sentirme a gusto, veo cosas que no me gustan y que no entiendo, empiezo a sentir que a mi práctica le falta algo... MEDITACIÓN.
Ocho meses después, estoy de regreso a Barcelona, donde hablo con un amigo que se había iniciado en meditación al mismo tiempo que yo volaba para Miami; me dice que su maestro, el hombre que le inició, suele venir a España una o dos veces al año, así que ya he decidido que en la próxima visita quiero iniciarme.
Mientras no llega ese día, este amigo me va dando algunas pautas para que pueda ir practicando a mi aire, que yo sigo con más o menos acierto.
Finalmente, llega el día deseado, un 14 de noviembre, donde me encuentro sentado junto a otras personas que no conozco a la espera de recibir la iniciación. Al final del día ya la he recibido y he sido introducido al mundo de la meditación, através de una técnica llamada "Kriya Yoga".
Desde entonces, mi vida ha cambiado mucho y para bien. Al mirar atrás, veo un antes y un después, veo como he cambiado desde dentro, como emociones y hábitos que no sabía como modificar, han ido transformándose progresivamente.
Aunque el camino es largo, hoy soy más consciente de mi mismo y de lo que me rodea, gracias a una poderosa herramienta como es la Meditación.






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